Muad'dib habla
(Frank Herbert, El Mesías de Dune, Debolsillo, Barcelona, 2003.)
Paul Atreides, también llamado Muad'dib, es un joven excepcional destinado a convertirse en mesías y rey del pueblo de Arrakis y de todo el Imperio galáctico. En esta segunda novela de la saga, ya ha derrocado al corrupto Emperador y rige los destinos de miles de planetas colonizados por el ser humano, desde el Trono del León, acosado por los intereses y las intrigas de los grupos de poder económico y político.
Muy recomendable es la película Dune, del genio David Lynch. (Por si alguien está interesado, el webmaster de Amnesia se ofrece en la web a enviar esta película, entre otras de fantasía, por su gran interés desde una óptica filosófica o tradicional.)
Respecto al párrafo que he copiado, evidentemente no lo he hecho con la intención de criticar la constitución y alabar la dictadura. Pero me parece que las palabras de Paul Atreides en ese párrafo dan lugar a una interesante reflexión. Sobre todo teniendo en cuenta que el Emperador al que Paul derrocó gobernaba sobre un Imperio en plena decadencia, repleto de constituciones, leyes y burocracias, donde los intereses políticos y económicos, la intriga y la traición, primaban sobre la verdad y la vida.
Cabe preguntarse si poner todas las esperanzas de un pueblo en una constitución (una "movilización del poder social" sin consciencia) es algo para alegrarse o para temer. O ambas cosas.
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