Castillo de Loarre, piedra maternal
Resulta fascinante palpar la piedra que nuestros antepasados levantaron hace mil años. Da algo de vértigo por la distancia en el tiempo, y sin embargo es aún posible percibir una presencia viva, un espíritu que late en el equilibrio de las formas, en el simbolismo de los capiteles, en la proporción de los espacios, en la belleza del paisaje. Ahí está el castillo, en lo alto de una montaña, majestuoso en el centro de un territorio de verdes prados y almendros en flor. En esencia, incólume al paso de los siglos, pese al deterioro del tiempo. Como un testimonio del arte de vivir y construir de los hombres antiguos. Un símbolo vivo de la caverna, el santuario donde el ser humano espera ser besado por el Sol.
Una reflexión: de la piedra a los números binarios. El hombre parece haber cambiado la caverna de sólida piedra por hogares más virtuales. La piedra, hija de la tierra, barro primordial del que nosotros mismos nacimos, dio paso en los tiempos modernos a mezclas menos puras, y luego a los materiales metálicos y los plásticos (oscuros productos subterráneos), en los grandes rascacielos con los que el hombre pretende llegar al cielo por su propia voluntad, tan diferente de la modesta y cavernosa espera de los hombres antiguos, regulados siempre por esa fe en el Espíritu, verdadero Rey del ser humano y del mundo. Hoy, nuevos materiales, aún más alejados de la sustancia primordial que es nuestra madre, vienen a dar forma a nuestros "hogares": los números, la cantidad pura sin cualidad, las redes virtuales, la engañosa urdimbre del ciberespacio. ¿Cuál será el próximo paso? ¿Sabremos encontrar un solar donde recibir la luz solar?
Mientras tanto, ahí siguen los castillos, las ermitas, las catedrales. Quizá esperando pacientes al retorno del hombre extraviado. Dentro de poco, por cierto, podremos ver el de Loarre en la película "El Reino del Cielo". ¿Acaso nos hablará con certera voz en su llamada de madre?
7 comentarios
Logan -
Mujerarbol -
Logan -
Aguamarina -
Logan -
Gracias, Carlos, por tu siempre refrescante y sugerente lucidez en las palabras.
Carlos S. -
Gratal (et in Arcadia, ego) -
...Y siempre la sierra como trasfondo mágico.
Saludos.